Intensa fue su actividad doctrinal al servicio de ideas tradicionalistas, primero dentro de la Comunión Tradicionalista y a partir de comienzos de los años sesenta desvinculado de esta y de la evolución que estaba siguiendo bajo la dirección de Carlos Hugo de Borbón-Parma. Durante los últimos años del franquismo se adscribió a iniciativas políticas y asociaciones de tono tradicionalista. En los primeros años de la transición formó parte del grupo Alianza Nacional 18 de Julio y publicó diversos escritos en el órgano oficial del grupo de extrema derecha Fuerza Nueva, con el que presentó su candidatura al Senado por Sevilla en las elecciones de 1977, aunque se retiró sin concurrir a ellas.

Al hilo de esta actividad doctrinal y política estuvo su participación en la prensa, generalmente con un intenso carácter polémico, tanto en periódicos y publicaciones tradicionalistas, como Azada y Asta, Boina Roja, Boletín de la Comunión Católico-Monárquica, El Pensamiento Navarro, Siempre, El Tradicionalista, o ¡Volveré!; como en otros más generalistas: ABC, Blanco y Negro, El Correo Gallego, Fuerza Nueva, Informaciones, Pueblo, o La Vanguardia. Colaboró o puso en marcha algunas revistas, la más destacada de las cuales fue Reconquista, editada en São Paulo desde 1950 y hasta 1955, y la editorial Montejurra, en Sevilla y Madrid, en 1958. Con 20 años publicó su primer texto: Notas para una teoría del Estado según nuestros autores clásicos (siglos XVI y XVII) (Sevilla, 1937).

Aunque su especialización fue en filosofía del Derecho, concedió mucha importancia al conocimiento del pensamiento político (la parte más numerosa de sus más de trescientas publicaciones). Ya en 1948 afirmaba que “[e]ntre todos los temas sugeridos a mi tarea de historiador del pensamiento político hay uno que me preocupa de manera superior y constituye el eje de mis inquisiciones hace mucho tiempo: saber qué sea España. […] la esencia de lo hispánico” (Las Españas. 1948, pp. 6-7; 55). Era esta una búsqueda que durante esos años mostraron, con diversos matices, autores como Manuel García Morente (Ideas para una filosofía de la historia de España, 1942), Ramón Menéndez Pidal (Los españoles en la historia, 1947), Américo Castro (España en la historia (cristianos, moros y judíos), 1948), Jaime Vicens Vives (Aproximación a la historia de España, 1952), o Claudio Sánchez Albornoz (España, un enigma histórico, 1956), que en esos años mantuvieron la reflexión sobre el ser de España oscilando entre el ensayo y la reflexión histórica, con respuestas esencialistas o desmitificadoras.

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