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No es casual que el leitmotiv de su obra fuera la decadencia, que no sólo atribuía a España sino al resto de pueblos “latinos” por la oscilación de la hegemonía hacia el norte de Europa. Ésta podía estar provocada por determinadas decisiones individuales, pero se trataba de un proceso civilizacional resultado de los flujos históricos y de la desnacionalización del espíritu colectivo. En esta noción de decadencia habría afectado en menor medida a Portugal porque desde 1640 había conservado una fuerte pulsión nacional. Su primera monografía, Historia de la decadencia de España, publicada en 1854,estuvo influenciada por las lecturas liberales y románticas y por la literatura del pesimismo. Pretendía ser una continuación y actualización de la Historia de España del padre Mariana y que fuera un “libro español y para España.” La responsabilidad de la decadencia nacional, recaía en los Felipes, en el conde-duque de Olivares, en la corrupción e inmoralidad de la corte, en el despilfarro de las riquezas llegadas de América y en la Inquisición y la intransigencia religiosa que había expulsado a los moriscos, acontecimiento que enjuicia de manera negativa. La sintomatología correspondía con otras historias liberales, como la de Modesto Lafuente, si bien Cánovas planteaba un proyecto regeneracionista providencialista de “nueva cruzada” o “misión divina” proyectada sobre todo hacia la reconfiguración de un nuevo imperio colonial. Planteamientos que, cuando Cánovas ocupó cargos de responsabilidad política, pasaron a un segundo plano. Entendió la decadencia dentro de un modelo cíclico, como el del Imperio Romano: orígenes, esplendor y decadencia. La responsabilidad de las individualidades se diluía ante un proceso colectivo de declive del “espíritu” nacional. En 1869, opositor al proceso revolucionario abierto en España, publicó Bosquejo Histórico de la casa de Austria. La obra pretendía reinterpretar la decadencia desde una óptica conservadora y monárquica, “rectificando por completo los errores e injusticias” de su obra precedente. Cánovas entendía la Historia como el juicio a los agentes y acontecimientos del pasado, por ello siempre aparecen en sus páginas héroes y villanos. Así mismo, se observa el impulso de la Providencia marcando el devenir de los acontecimientos. |
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