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Publicado en 1949, Bolchevismo y literatura recibió el Premio Nacional de Literatura «Francisco Franco» de ese año, ex-aequo con el ensayo España sin problema del catedrático opusdeísta y, también, monárquico Rafael Calvo Serer (personaje a quién Pabón le atribuía la responsabilidad de su sanción de 1944). En las siguientes décadas, nunca abandonó su atracción por instruirse sobre «la realidad soviética» y por estudiar con «objetividad» las primeras figuras comunistas. Y, casi al final de su trayectoria profesional, dedicó un largo prólogo a Trotski (a quien había entrevistado en 1932). Sin embargo, en un tiempo de aceleración de los procesos de descomposición de la dictadura y fuerte ideologización izquierdista de la Universidad, se sintió obligado a advertir que, aquella presentación biográfica, no era una concesión a la moda de los tiempos («a esa carrera hacia la izquierda que se da, con frecuencia y abundancia, entre nosotros»), ni significaba su paso al «inmenso partido de los renegados». El texto –escribió– respondía únicamente al motivo de evitar el «escamoteo histórico» mediante el «conocimiento serio de la existencia interior y exterior del socialismo» («Prólogo» a León Trotski, Lenin, Barcelona, 1972, pp. 82-83). De igual manera, en 1973, realizó un viaje a la Unión Soviética «para contrastar directamente sus conocimientos sobre el comunismo ruso con la realidad vista en directo». |
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