................................
A EQUIPA
CONTACTO
La biografía del político ampurdanés fue la obra maestra de Pabón. Primero, por ser su gran aportación a la normalización del contemporaneísmo español que incluye en su comienzo una inteligente reflexión sobre la práctica histórica del pasado más reciente (un ámbito de investigación reducido, hasta entonces, a «un acto intelectual heroico» y una disciplina, «en conjunto, condenada», que pasaba «para la generalidad como simple período de contraste con las grandezas pasadas y con las esperanzas en el futuro»). En segundo lugar, por salvar las circunstancias personales del encargo y limitar la literatura de instancias al epílogo para desarrollar un análisis muy sutil de la política catalanista y de la visión del mundo de Cambó. Esto le permitió demostrar que su catalanismo no era separatista, ni antiespañol, sino el afloramiento político de «un fenómeno españolísimo», un estar en España que brotaba de la afirmación de la personalidad colectiva catalana («la manera que tenemos de ser españoles es conservándonos catalanes», había declarado en 1931). En este sentido, las cerca de mil seiscientas páginas que componen los tres volúmenes de la obra son un excepcional ejemplo historiográfico del llamado «regionalismo franquista» que venía a significar la relevancia de los espacios locales y regionales en la formación de la cultura de la España nacional. Y, en último término, por ser un brillante ejercicio de estilo historiográfico dirigido a reconstruir en su totalidad la historia política española del primer tercio del siglo XX. Una interpretación de la realidad histórica de España que se inicia con la gran crisis nacional del 98 y culmina con el «desorden» jacobino, radical y populista de la Segunda República en 1936 (Cambó 1876-1947, Barcelona, 1999, pp. XXXVII, XLII, XXXII-XXXIII y 1175-1437).
Maestro en el recurso de la elusión y el lenguaje de la utopía retrospectiva (que proyectaba hacia el pasado interpretaciones utilizables en el presente perpetuo de la dictadura), en 1963, dio a la imprenta Días de ayer. Se trataba de un volumen misceláneo en el que recogía un puñado de trabajos menores mezclados con varios artículos de particular relevancia dentro de su obra. Tras el elogio inicial del monárquico conde de Fontanar y al lado de los artículos reunidos bajo el título de Estudios tradicionalistas y liberales, las semblanzas historiográficas de Winston Churchill o la de su amigo Melchor Fernández Almagro y la transcripción de las conversaciones con Amparo Durán (testimonio oral que había utilizado en la preparación de su discurso de ingreso en la Academia de la Historia), resultan ineludibles tres textos realmente brillantes: El 98, acontecimiento internacional, demostración de que no se trató de un acontecimiento aislado al relacionarlo con el «Ultimátum» de Portugal de 1890 y las crisis sufridas por Japón en 1895, la británica de 1896 y la francesa de 1898. Introducción al estudio de la conversión en el mundo contemporáneo, innovadora reflexión sobre los diferentes tipos de conversiones, deteniéndose especialmente en la «intuitiva» (desencadenada por la inteligencia y ejemplificada en la figura del filósofo Manuel García Morente). Y Siete relatos de tres días, estudio preparatorio para la tercera parte de Cambó mediante el contraste de las narraciones dejadas por otros tantos ministros, testigos de los últimos catorce meses de la Monarquía española, desde finales de enero de 1930 hasta su caída el 14 de abril de 1931 (Días de ayer. Historias e historiadores contemporáneos, Madrid, 1963, pp. 139-195, 197-229 y 367-431).
